EUROPA
PRESS
22 enero
2021
Por
qué comer productos light no adelgaza
Después de las Navidades un propósito
de Año nuevo recurrente suele ser el adelgazar, dado que durante estas
festividades llegamos a engordar en algunos casos entre dos y tres kilos.
Este año, además, debemos sumarle aquellos kilos de más que
hemos ganado durante el confinamiento, y durante estos meses en los que nos
movemos menos por las medidas restrictivas y necesarias por la pandemia de
coronavirus.
Con ello, debemos tener claro que para comer mejor no
debemos echar mano de los productos light y desterrar a los realmente
importantes en la dieta, como son las frutas o las verduras, los cereales
integrales, las legumbres o los frutos secos, por ejemplo. Según defiende la
dietista-nutricionista y ganadora de la sexta edición de Masterchef Marta
Verona en una entrevista con Infosalus, "los productos light no adelgazan,
pero tampoco las dietas milagro funcionan".
A juicio de Verona, uno de los peligros que conllevan el
consumir productos light es que pensamos que son productos saludables, no
engordan, porque llevan un 30% de calorías menos: "El problema que tienen
estos productos es que les añaden otros ingredientes que suplan estos sabores y
muchas veces se incluyen potenciadores del sabor, como el glutamato monosódico,
o sal y azúcar".
Por eso, insiste en que si quiero comer saludable con un
producto light no lo hago ya que estoy "deseducando mi paladar"
porque sus potenciadores del sabor inhiben mi sensación de saciedad. Aquí pone
de ejemplo las tortitas de maíz, que dicen ser light e hipocalóricas, pero que
realmente no puedes dejar de comer. "No puedes parar de comerlas. Les han
quitado grasa y sal, pero tienen muchos potenciadores de sabor", resalta.
Verona destaca de esta manera que si queremos adelgazar
"tenemos que cambiar la perspectiva" y la clave no está en comer
alimentos con menos calorías, sino en elegir qué comemos, cuándo lo comemos y
en qué cantidad.
A su vez, en 'No comas como un zombi' (Harper Collins), que
acaba de publicar, también pide desterrar la idea de que los productos sin
azúcar son mejores para adelgazar. "Los edulcorantes y endulzantes
acalóricos no nos aportan calorías, pero sí dulzor. Está bien utilizarlos como
estrategia para ir reduciendo el consumo de azúcar, pero no hacemos más que
estimular el cerebro con la señal del dulzor, que para él es sinónimo de
energía, y no se la damos. Como consecuencia, el cerebro no recibe esa batería
y no nos saciamos, así que queremos seguir comiendo", explica.
Más proteínas de las que debemos
Por otro lado, Verona trata el tema de las proteínas, y
avisa de que la población española ingiere a día de hoy más de las que
necesita. En la actualidad dice que relacionamos el tomar proteínas con ponernos
en forma e ir al gimnasio, cuando para ello lo necesario y que no hay que
olvidar es la práctica de ejercicio.
"En una persona normal con actividad física moderada se
deben consumir 0,8 gramos de proteína por kilo al día. Así se calcula cuánta
ingerir y nos solemos pasar en un 20% por lo que no nos hacen falta tantos
alimentos altos en proteína, ni suplementos en este sentido", remarca la
dietista-nutricionista.
Según desvela, el peligro para la salud de un exceso de
proteína es hacer trabajar de más a los riñones, ya que es el encargado de
excretar aquella que no empleamos, "algo que en el largo plazo puede ser
peligroso para mi salud".
Asimismo, con el tema de las proteínas insiste en otro
concepto que ya ha utilizado anteriormente, si aumentamos el consumo de
proteínas corremos el riesgo de desplazar a otros alimentos que realmente sí
nos interesan para una alimentación saludable, como son las frutas o las
verduras, por ejemplo.
Las proteínas son importantes, según detalla en el libro, ya
que sus funciones van "desde formar parte de las estructuras de nuestro
cuerpo hasta transportar oxígeno y otras sustancias a las células, pasando por
su función fundamental en el sistema inmunológico y el equilibrio del
cuerpo".
Consumimos más de las que necesitamos porque "creemos
que solo se encuentran en la pechuga de pollo o en los filetes de ternera, si
bien también hay, y de mucha calidad, en las legumbres (proteína de origen
vegetal)".